Y cuando no te tengo, te sueño.
Voy a la casa ya deshabitada de reproches y celos buscando la pista de tu huella en el recuerdo.
Sigo el sendero por el que te adentraste y fantasmas sin nombre me llenan de miedo.
Estallan tormentas y resuenan los truenos con sonidos cansados de amores inciertos.
Desnudo mi cuerpo me entrego al deseo y subo a la cima donde encuentro un paisaje cubierto de desconsuelo.
Corro entre brumas escapando al silencio y me pierdo en el abismo que construyó el tiempo.
Me abandono a la vida y me abrazo a la muerte sin entender el concepto.
Y justo en el instante en el que me creo muerto,
tu voz dulce amante, ¡me rescata del sueño!
Carmen Camacho
Porque te quiero huracán, violento, tremendo, fuerte
no vas a arrasar mi casa, ni dejar asolada mi mañana.
Porque te quiero indómito, heroico, omnipotente,
no vas a derruir mi palabra, ni apagar mi llama.
Porque te quiero ávido, esquivo, insolente,
no vas a romper mi calma, ni derramar mis lágrimas.
Porque te quiero altivo, descarado, imprudente
no vas a truncar mi rumbo, ni a desviar mi mirada.
Porque te quiero libre, certero, presente,
no debes romper mi cuerpo, ni desfigurar mi alma.
Porque te quiero perdón, olvido, suerte,
deberé seguir mi rumbo y volar lejana.
Carmen Camacho.
Señorita de pacotilla, pobre niña malcriada.
Viviendo en un mundo de rosas y palabras encantadas,
descubriste el mundo, cuando el te asestó su primera puñalada,
tenías el corazón tierno cuando la vida te clavó sus garras,
esperabas amor y caricias y el alma se te llenó de bofetadas.
Señorita de pacotilla, pobre niña malcriada.
Te confrmaste con no exigir, lo que antes no te negaban,
escondiste la cabeza y se te rompieron las alas,
bebiste la sangre de tu cuerpo y a boca se te llenó de llagas,
estabas enferma de inocencia y todos te dieron la espalda.
Señorita de pacotilla, pobre niña malcriada.
Por vivir hay que pagar una tasa,
no llueve el dinero del cielo ni te lo regalan
eso nadie te lo enseñó en casa,
criada entre sábanas de seda, no supiste que pasaba,
al desertar de tu sueño y encontrar la verdad descarnada.
Señorita de pacotilla, pobre niña malcriada.
Vuelve a dormir tu sueño, donde siempre tendrás a tu hada,
pero no olvides antes de dormirte que ahora que el mundo te arrebató todo
ya no le debes nada.
Señorita de pacotilla, pobre niña desencantada.
Carmen Camacho Sánchez
Yo maldigo a las flores que te guardaron el secreto,
a la mañana de un 4 de Noviembre que no me dejó oír tu lamento,
Maldigo la esquina de la calle donde quedó tendido tu cuerpo,
a la ambulancia que a pesar de la urgencia no llego a tiempo.
Maldigo al médico que no hizo a tu corazón latir de nuevo,
a la frialdad conque me dieron la noticia sin darme consuelo.
Maldigo el reloj que me entregaron como afirmación de que levantaste vuelo,
a quien quiso abrazarme para evitar que me cayera al suelo.
Maldigo la sala fría donde colocaron tu
féretro,
a las plañideras que lloraban y hablaban simplemente justificando el momento.
Maldigo a quien cubrió la caja hundiéndote en la oscuridad y a mi en el desaliento,
a la iglesia donde ya sin fe recé por ti un padrenuestro.
Maldigo la tarde oscura que te acompañé al cementerio,
a la lápida blanca que selló nuestros encuentros.
Y por maldecir, a veces hasta maldigo al cielo, que te llevo de mi y me dejo viviendo entre recuerdos y a veces miedos.
Carmen Camacho Sánchez.
La niña se miró en el río. vio su bello rostro con destellos de agua plateada.
Vio un joven apuesto y alto, vio el amor con que la llenaba.
La niña se miró en el río, vio una casa reflejada dulce hogar de amor y rosas
donde los niños llegaban.
La niña se miró en el río vio dulzura en su alma, vio días de alegre júbilo
vio noches de serena calma.
La niña se miró en el río vi un horizonte claro y limpio
vio una vida de esperanzas.
La niña se miró en el río...
¡La niña pronto vio cómo el río la engañaba!
Carmen Camacho Sánchez
Soy una estrella fugaz que ahora está encendida y que pronto se apagará.
¿Te ríe, amigo? ¿Es qué acaso eres tu mas?
No ves, pobre tonto, que nada es mentira ni verdad,
que todo en la vida es efímero y hay que aprender a reir,
para no olvidarnos que tendremos que llorar.
Carmen Camacho Sánchez
No quiero echar raíces aunque me ayuden a crecer,
los años que van pasando se clavan como puñales en mi piel.
No quiero hacerme grande esperando el tiempo en inmovilidad
prefiero sentir la tierra como espacio para caminar.
No quiero que pase el tiempo para reflexionar,
prefiero ser torbellino dar vueltas con el viento,
sin importarme cual será el final.
No quiero ser ejemplo santuario de la verdad
prefiero ser mil duda , contradicciones que ayuden a pensar.
No quiero ser espejo, imagen para reflejar,
prefiero ser matiz con un pasado para recordar.
No quiero ser batalla ganada por la libertad,
prefiero ser espera, rezagada en serena paz.
No quiero ser distancia que obligue a amar,
prefiero ser roce de una caricia que aleje la soledad.
No quiero ser futuro en espera de felicidad,
prefiero ser presente para recrearme en cada despertar.
No quiero ser eterno, para lograr un afán,
sentirme flor de un día
es lo que me ayuda a respirar.
Carmen Camacho Sáncheaz.
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